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... Amndolo, desendolo, necesitndolo. Lnguida de amor, mojada por el deseo, hambrienta de la necesidad. Aquellas feroces confrontaciones duelos de voluntad e ingenio, guerras de fuerza, oh, y la exquisita satisfaccin de saberse vencida, de medirse con un hombre y ser aplastada por l, dominada, castigada, esclavizada estando completamente segura del alcance de sus propias habilidades e inteligencia... Qu ms poda pedir una mujer que un hombre que inspira respeto? Quien era ms que ella, y sin embargo an estaba atado a ella por algo ms tangible que sus cualidades de mujer
Pensamiento de Servilia, amante de Cayo Julio Csar Extracto del libroCsarde Colleen McCullogh
Slo hay que ser, sin adornos ni parafernalias.
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